Con este gesto la colombiana deja muy claro que no quiere ver a Clara Chia ni en pintura.
La reciente controversia entre Shakira y Clara Chía Martí ha captado la atención de los medios y fanáticos, y parece que la cantante colombiana ha tomado una postura firme.
A pesar de la separación de Shakira y Gerard Piqué, el conflicto entre ellos no cesa, especialmente tras el escándalo de la infidelidad del futbolista.
Esta situación ha llevado a la artista a tomar decisiones drásticas que demuestran su rechazo hacia la actual pareja de su ex.
Aunque Shakira intenta llevar una vida normal por el bienestar de sus hijos, Sasha y Milán, la conexión con Piqué es innegable, especialmente por la lujosa mansión en Barcelona que comparten.
Este hogar, donde vivieron momentos significativos como pareja, se ha convertido en un punto de tensión.
La casa, ubicada al lado de la residencia de los padres de Piqué, ha sido el escenario de encuentros entre el futbolista y Clara, incluso durante su relación con Shakira.
La situación ha escalado a tal punto que la artista colombiana ha decidido imponer condiciones drásticas cada vez que Piqué y Clara Chía visitan la mansión.
Según reportes del medio español ‘Espejo Público’, la cantante exige que se sustituyan todos los objetos que hayan sido utilizados por la pareja durante su estancia.
Esto incluye sábanas, cojines, mantelería y cubertería, con el objetivo de evitar cualquier contacto con lo que les pertenece a ellos. Esta drástica medida deja claro que Shakira no quiere ver a Clara ni en pintura. Informa Voces Críticas.
Las reacciones en redes sociales han sido variadas, con muchos fanáticos apoyando la decisión de la intérprete.
Algunos consideran que su postura es comprensible, dadas las circunstancias, mientras que otros creen que está exagerando. Comentarios como “creo que exagera un poco” o “yo quemaría todo literalmente” reflejan la polarización de opiniones sobre la situación.
Sin embargo, la mayoría parece empatizar con la incomodidad que genera compartir un hogar con la nueva pareja de su ex.
Mientras tanto, la mansión sigue en el mercado, con un precio de 15 millones de dólares, cifra que Shakira se niega a bajar.
Este hecho resalta la complejidad de su situación, ya que, a pesar de sus diferencias, ambos siguen siendo copropietarios de un lugar que evoca recuerdos de su relación.
La venta de la casa podría ser un paso necesario para que Shakira cierre esta etapa de su vida y continúe con sus proyectos personales y profesionales.
En conclusión, la historia entre Shakira, Gerard Piqué y Clara Chía es un reflejo de los retos emocionales que surgen tras una separación mediática.
Las decisiones de Shakira, aunque drásticas, son un intento de establecer límites en una situación incómoda.
Con el tiempo, se espera que tanto ella como Piqué encuentren una forma de coexistir pacíficamente por el bien de sus hijos, mientras las tensiones entre ellos y Clara Chía continúan en el ojo público.