Michael Jackson fue la estrella de pop más grande del planeta. Caracterizado por muchos actos de bondad y filantropía hacía miles de personas con necesidades y dificultades.

Pero, lejos de la verdad, lo que la gente comenta cuando se nombra al cantante es una seguidilla de mentiras. Mentiras inyectadas por la prensa y los medios que opacaron la verdad y, hasta el día de hoy lo siguen haciendo. (A lo largo de este video, desmentiremos muchas de ellas)

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El 25 de junio de 2009, Michael Jackson falleció tras recibir una serie de medicamentos administrados por su médico personal, el Dr. Conrad Murray, en un intento por ayudarlo a dormir. La noche anterior, Jackson había dado un ensayo impecable para su próxima gira en Londres, pero seguía lidiando con el insomnio. Murray comenzó administrándole 10 mg de Valium a la 1:30 de la mañana. Durante las horas siguientes, al no lograr el efecto deseado, el médico fue administrando otros sedantes y ansiolíticos cada 40 minutos.

Finalmente, a las 10:40 de la mañana, Murray inyectó a Jackson 25 mg de propofol diluido en lidocaína por vía intravenosa, a pesar de las reservas que tenía debido a la cantidad de medicamentos en su sistema. Poco después, Michael Jackson perdió la conciencia, pero esta vez de manera irreversible, y falleció ese día.

Michael Jackson es recordado como una de las estrellas del pop más grandes del mundo, conocido por su música, filantropía y por la controversia que lo rodeó, incluyendo acusaciones y teorías conspirativas que han perdurado hasta hoy. Desde sus primeros días con el grupo The Jackson 5 hasta su carrera en solitario, Jackson se destacó por su talento en la música y el baile, lo que lo llevó a la cima del éxito global.

A lo largo de su vida, enfrentó numerosos problemas, desde la estricta disciplina de su padre hasta cirugías nasales que derivaron en más operaciones. Su sexto álbum, Thriller (1982), marcó un hito en su carrera, llevándose un récord de 8 premios Grammy y otros reconocimientos que consolidaron su estatus como el “Rey del Pop”. A pesar de sus logros, las dificultades personales y la intensa presión de la fama lo afectaron profundamente, contribuyendo a su trágica muerte en 2009.