A los 80 años, Diana Ross FINALMENTE habla sobre su relación con Michael Jackson
Diana Ross y Michael Jackson mantuvieron una relación que fue tanto profesional como profundamente personal y que evolucionó hasta convertirse en una de las conexiones más comentadas en la historia del entretenimiento. Su vínculo, forjado en la era Motown, perduró durante décadas, marcado por la admiración, la colaboración y la influencia mutua.
Diana Ross: Los primeros años
La historia de Diana comienza en Detroit, Michigan, donde nació el 26 de marzo de 1944. Criada en el barrio de viviendas sociales Brewster-Douglass, su vida temprana fue modesta pero llena de amor y ambición. Encontró su pasión por la música en el coro de la iglesia, donde conoció a Florence Ballard y Mary Wilson, con quienes más tarde formó The Supremes.
Bajo la dirección de Berry Gordy, de Motown, The Supremes se convirtieron en un fenómeno mundial, consiguiendo numerosos éxitos número uno y rompiendo barreras raciales en la industria musical. La voz única de Diana y su presencia en el escenario la catapultaron a la fama y, en 1970, se embarcó en una carrera en solitario que consolidó su estatus como superestrella internacional.
La intersección de Diana Ross y Michael Jackson
Michael Jackson conoció a Diana Ross cuando tenía apenas 9 años, durante la presentación de los Jackson 5 a la familia Motown. Si bien ella no “descubrió” al grupo (un error común), Diana jugó un papel clave en presentarlos al mundo. Su álbum debut, Diana Ross Presents the Jackson 5, fue una jugada estratégica de Motown para asociar al nuevo grupo con su poder estelar establecido.
Esta presentación sentó las bases para una conexión que duraría toda la vida. Michael admiraba inmensamente a Diana y a menudo la citaba como mentora y figura maternal. Emulaba su presencia en el escenario, su estilo vocal y su perfeccionismo. Diana, a su vez, apoyó la floreciente carrera de Michael y le ofreció orientación mientras se adentraba en la fama desde una edad temprana.
Un vínculo más allá de los focos de atención
A medida que Michael hacía la transición hacia su carrera en solitario, su relación con Diana se profundizó. Declaró públicamente su afecto por ella, y en una ocasión dijo: “La amo y siempre la amaré”. Su adoración se extendió al punto de nombrar a Diana como posible tutora de sus hijos en su testamento, un testimonio de la confianza y el respeto que tenía por ella.
Diana, por su parte, valoraba su relación, pero mantenía cierta privacidad sobre los detalles personales. Con frecuencia expresaba orgullo por los logros de Michael y lo apoyaba en momentos difíciles, incluidas las controversias que marcaron sus últimos años.
Paralelismos artísticos e influencia
La conexión entre Diana Ross y Michael Jackson se extendió a su arte. Ambos eran perfeccionistas con un compromiso incomparable con su oficio. La evolución de Diana de miembro de un grupo femenino de Motown a un ícono solista reflejó el viaje de Michael de estrella infantil a “Rey del pop”. Compartían la capacidad de reinventarse, unir géneros y atraer a públicos diversos en todo el mundo.
Sus actuaciones también mostraron un talento compartido para la teatralidad y la emoción. El papel de Diana en The Wiz (1978) como Dorothy la colocó junto a Michael, quien interpretó al Espantapájaros. Esta colaboración resaltó su química y respeto mutuo, y Michael a menudo describió la experiencia como uno de los momentos más destacados de su carrera.
Reflexiones sobre una amistad compleja
Diana Ross rara vez ha hablado extensamente sobre su relación con Michael Jackson, prefiriendo honrar su legado a través de la música y homenajes sutiles. Sin embargo, su vínculo sigue siendo una parte importante de sus narrativas públicas, simbolizando una conexión que trascendió la fama y los negocios.
Su amistad fue un reflejo de dos figuras icónicas que se apoyaron mutuamente en los altibajos de sus vidas, dejando una marca indeleble en la historia de la música y el entretenimiento.